Raíces Profundas en Tiempos Difíciles

Devocional

¿Has observado alguna vez un roble centenario después de una tormenta? Mientras otros árboles se están caídos, él permanece firme, con sus ramas extendidas hacia el cielo como brazos de victoria. Su secreto no ha evitado las tormentas, sino en algo que no podemos ver: sus raíces profundas. En la vida en Cristo, enfrentamos vientos que intentan derribarnos: crisis económicas, problemas familiares, enfermedades, decepciones. Pero hay algo poderoso en aquellos que permanecen en pie después de cada tormenta. No es que sean más fuertes por naturaleza, sino que han invertido tiempo desarrollando raíces espirituales profundas. La profundidad espiritual no se desarrolla en los momentos de celebración, sino en esos momentos íntimos con Dios cuando nadie nos ve. Es en la oración matutina, en la lectura diaria de Su Palabra, en esos susurros de adoración en medio de la dificultad. Cada momento de intimidad con Dios es como agua que alimenta nuestras raíces, fortaleciéndonos para las tormentas que vendrán. Hoy, si estás pasando por una tormenta y aún sigues en pie, es evidencia de que tus raíces son más profundas de lo que imaginas. Dios te ha estado preparando, y aunque no puedas verlo, tu fundamento espiritual es sólido.

Versículo bíblico

"Pero bienaventurado el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando venga el calor, y su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto." - Jeremías 17:7-8

Pregunta de reflexión

¿Cómo desarrollarias tu vida en Cristo con raices profundas para soportar las tormenas de la vida?

Cita Ese roble ha enfrentado más tormentas que cualquiera de nosotros. La razón por la que sigue en pie no es porque el viento haya sido suave, sino porque lo que está oculto, sus raíces son profundas.

Oración

Señor, ayúdame a valorar los momentos de intimidad contigo. Que cada día pueda profundizar mis raíces espirituales a través de la oración y tu Palabra. Prepárame para las tormentas que vendrán, no para evitarlas, sino para permanecer firme en ti. Amén.